Autoengaño
Un día se atrevió a burlar a los dioses y en un descuido, les robó un pedazo de arcoiris. Lo guardó con cuidado para que no sufriese ningún arañazo, ni se le despegasen los colores. Pero nunca volvió a abrir aquella caja. Prefirió creer que su tesoro brillaría siempre, sin importarle no estar segura de ello.
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