miércoles, 28 de agosto de 2013

Vida del revés


Hay personas que se te cuelan tan adentro que ponen tu vida del revés. Entonces, hasta las palabras se dan la vuelta y nos conducen de la mano a la locura. Son personas a las que te gustaría susurrarles: sáname, es fácil, solo tienes que compartir conmigo lo que emanas. O más sencillo aún, déjame asir tu risa, disfrutar contigo mientras robas el sabor de las cosas, quítame estos aires de persona seria y subamos juntos a la más alta rama, esa en la que podemos amar.

Pero las personas no estamos hechas para vivir cabeza abajo y cuando esto pasa hacemos lo que sea (incluso orar aunque en algunos sea un hábito raro) para  lograr  colocarnos de nuevo en pie. Y gritamos fuerte a eso que nos atrapa: aparta de una vez y deja que mis pies se posen.

Porque reconocerse es reconocer que por mucho que me guste lo que eres, vida mía, yo seré quien conduzca mi vida. Derecha hacia donde quiera.

Olvidos




Si al llegar a tu destino descubres que te falta algo, no te molestes en buscarlo. Tu recuerdo ha cogido otro tren y se encuentra estacionado en la vía muerta de mi memoria.


No somos más que pasajeros en un viaje sin destino definido, siguiendo una línea que en un segundo se desvanecerá, dejando solo un trazo de lo que fuimos.

Teoría y práctica



Se abre el telón cada día y de sobra conozco mi texto. Hace 36 años que represento mi función. Cada frase, cada pausa, la entonación requerida y los gestos adecuados. Podría representar mi papel en esta obra a la perfección, pero solo lo bordo en los ensayos y cuando el foco me alumbra, me abandono a la improvisación. 
Y a veces ni siquiera eso.

Porque entiendo a mi personaje, pero solo en teoría.


A veces me pregunto si seré parte de tu paisaje o solamente una viajera que desaparecerá sin dejar rastro...

Vía ¿muerta?



Han pasado tres años desde que te fuiste y a mí me parece un siglo. Te gustaría escucharme hablar de lo mucho que me gusta ser profe y los líos que me traigo desde que vivo también en Internet. Seguro. 
Todo ha cambiado mucho, pero hay cosas que permanecen intactas: la sensación de tu mano, suave y firme, cogiendo la mía cuando no me podía dormir; ese beso en la frente que medía la fiebre y calmaba el malestar; tus risas contando anécdotas de épocas pasadas; el tono de voz que calmaba mi mala leche con ese "Inesita, no te enfades tanto, con lo buena que tú eres"; el momento del adiós, con tu familia a tu lado, que me hizo sentir que la muerte también puede ser hermosa porque, como tú decías, "si ya está todo hecho y solamente queda irse"...

Ya no estás, pero tu vida sigue asomándose, a través de los recuerdos, como reflejos del ayer.

Con E, de entraña






Extasiada, encuentro el escenario enteramente embellecido. Es especial ese entorno extraordinario. Enamora.
Esta escultura, efectivamente emociona, Eduardo. Entras en ella, experimentas eternidad...embriaga. Enseguida extrañas, elucubras, entregas el espíritu en esa explosión: estruendo ensordecedor, empuje, ensoñación, espejismo... En ebullición emocional (eludiré expresar el excesivo "entras en éxtasis"), entonces, entiendes.
Era eso, esa estrategia: peinar el viento...para que se nos cuele en el alma.

Archivo dañado



Los expertos dicen que para desactivar el filtro que te ha fundido a mi paisaje, tengo que usar el botón "tiempo". También dicen que el archivo nunca vuelve por completo a su estado original. Así funciona la tecnología del alma y de momento, nadie ha encontrado una solución mejor.

Viajero




No sé qué tiempo va a hacer así que he metido un poco de todo. Llevo varios qué guapa estás hoy, damos un paseo si quieres y me gusta verte así. Otro montón de no sé qué te pasa hoy, estoy cansado y no me apetece. 
Te quiero solo he metido dos, porque prefiero no agotarlos demasiado pronto.

Pero me dices que no tengo billete. Y ahora no encuentro el camino de vuelta a casa. 
Ni sé cómo deshacer el equipaje.