viernes, 20 de marzo de 2020

El mensaje en la botella



Muerta de miedo y frío, subió deprisa a la patera para afrontar la última etapa de su viaje. Como pudo, acomodó, si es que cabe un verbo así, a su pequeña entre las piernas. Y dejó su mente allí, quieta, a salvo, en la mirada inocente de su hija. No apreció que algo golpeaba el lateral de la embarcación. El mar intentaba avisarles, no subáis, este viaje es una trampa, pero como tantas otras veces, el mensaje se quedó en la botella. Esperando que alguien lo leyese.

El de mi hermana:

El genio inocente había caído en la trampa y ya jamás podría salir de aquella botella.

(Se inicia así el #RetoLiterautas, primero diario y luego semanal, llevado a cabo durante el confinamiento por el corononavirus. Como mi hermana participó conmigo, copio también sus relatos aquí)

8 de marzo





La primera vez que leí este acertijo decía "eminencia en cirujía". No usaba el masculino "cirujano". Que es lo mismo, pero no es igual. Una tarde entera estuve buscando la respuesta, pero en mi cabeza no estaba. La mujer que yo era hace tan solo tres años, que se creía libre de machismos adquiridos, había hecho siempre lo que había querido, renegaba del lenguaje inclusivo porque sentía que no había necesidad de separarse del masculino ¿neutro? y sabía de sobra que una mujer puede ser lo que se proponga, no fue capaz de rescatar la imagen de otra mujer que fuese una eminencia en cirujía. Bofetón de realidad, venda de los ojos al suelo y ponte ya unas gafas, chata, aunque no seas miope. Moradas, que son preciosas.

He planteado la pregunta en mis clases. Son gays y le va a operar el otro padre, es adoptado ¿?, el médico es cura ¿??????, silencios con cara de póker... Algunas y muy pocos, con absoluta naturalidad, dicen que es la madre. Algún día la pregunta quizá sea absurda.
Escribí a mi tutoría un texto de despedida, nuestra fábrica de las palabras se traspasaba. "Otros jefes se harán cargo de ella", decía. Y en mi cabeza, esos señores de traje que representarían el concepto en la de mi chavalería, me miraron, riéndose de mí, la que discutió tantas veces defendiendo el masculino. Borré y desdoblé a jefes o jefas. Cambié a jefas o jefes, que las tutoras, ese año éramos todas mujeres. Y las de lengua. Y las de...

Cuento esto en un 8M que, por varias razones que no cuento, me pilla de capa caída. Porque si hablo de lo que la Juaría me ha removido, me arruino el domingo. Así que comparto momentos en los que me puse las gafas. Las mías, que cada una, cada uno, modelos de hombre también hay, lleva su modelo. Me han ayudado a leer mucho, libros y también el mundo. Muy ignorante soy aún. El feminismo abarca tantos matices y tantas personas, que tiene millones de voces. Hay gente que escucha una y si no les gusta, niegan al resto. Yo quizá lo hice. Ahora escucho, miro y decido. Pero no dudo de que el feminismo es absolutamente necesario para construir un mundo mejor. Así que, sí, #yosoyfeminista 💜💪 para tod@s (mi primera @, quizá la única, que no me gusta, pero pruebo)