Detener el tiempo, convertirme en sirena y vivir en el mar, poder ser otra persona, viajar al pasado...cosas así. Volar nunca estuvo entre mis deseos infantiles. Quizá porque no me gustan las aves o porque hacia arriba no hay límite y eso me angustia. O simplemente porque, para estar en las nubes, no necesito despegar.
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