lunes, 27 de abril de 2020



La vida les presentó y les puso del revés. Como un tornado. Supieron que esa energía los arrastraría sin remedio y les dio igual llegar a Oz o a ningún sitio. Pero un día, él se fue, sin hacer ruido.
Desde entonces, ella consulta el tiempo, anhelando turbulencias. Él, más cobarde, se conforma con pensarla cuando mira el cielo.


El de mi hermana:

Nunca fue un cobarde. Y ese día de tornado lo demostró una vez más. Entró de lleno en el peligro, salvó varias vidas y se fue de este mundo sin hacer ruido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario